desierto

Dakar 2019 – Sentimientos encontrados

Escribo estas palabras mientras espero la largada de una nueva edición del Dakar, retomando mi blog tras casi 2 años sin escribir en él.

Como cada enero, durante los últimos siete años, nos preparamos para realizar la “peregrinación” anual a alguna parte de Sudamérica. Desde hace ya tres a algún punto de nuestro hermano país, Argentina.

Una cita a la que ni siquiera imagino pensar en faltar… hasta este año. El “espíritu Dakar” es lo que siempre me ha seducido a regresar cada año: la aventura, el desafío, la experiencia, los kilómetros, los paisajes y las amistades forjadas a través del tiempo y las fronteras.

auspiciadores

No es secreto para nadie que el Rally Cross Country es, para mí, la disciplina más linda de todas. Si bien, desde la infancia siempre he sido un fanático del Supercross (cuya temporada empieza este fin de semana también) y el Motocross, también tengo mucha influencia del offroad jeepero. El Cross Country en parte las une a ambas.

Eso sumado al gran gusto que siempre he declarado por estar en la carretera, viajando incontables horas a través de paisajes y ciudades, probando la cultura culinaria de cada país y compartiendo la misma pasión con nuevos amigos del mundo. Disfruto pasar horas sólo en medio de la nada, kilómetros adentro en el desierto, en las dunas, en ríos y lugares recónditos de la geografía Sudamericana, a la espera del primer ese primer rugido que me indica que la caravana ya viene.

Viajar se transforma en una necesidad inmediatamente lo realizas por primera vez. Se mete ese saborcillo en tu espíritu.

Con el Dakar es lo mismo. Tiene algo que va más allá de una fecha normal del mundial de rally. Posee una conexión mayor que reúne a cientos de personas que vibran en sintonía en torno a una aventura.

Es un viaje al que siempre he definido como una dura travesía donde uno lo pasa mal, pero a la vez lo pasa tan bien que inevitablemente se regresa al año siguiente.

El año 2012 marcó mi devoción por esta “procesión”.  Fidelidad que se vio cuestionada para este 2019 por todo lo que ha rodeado al evento estos últimos años.

Y es que siento que el Dakar ha ido perdiendo su magia, su esencia y se ha ido transformado en un mero negocio, donde la aventura ha sido reemplazada por la competencia pura, actitudes antideportivas y una continua discusión de intereses económicos. Muy a mi pesar, temas que me han ido desencantando de la organización del evento. En palabras de Heinz Kinigadner: “Hay que devolverle la aventura al Dakar.

Este año viajo a mi octava edición, que se correrá exclusivamente en nuestro hermano país del norte, Perú. Deseando volver a encantarme con el Dakar y el concepto que engloba: voy buscando reencontrarme con su espíritu.

avión

De seguro seremos tan bien recibidos como lo hemos sido en Argentina en los años anteriores. Espero sinceramente que en 2020 el Dakar regrese tanto a Chile como a Argentina y Bolivia, este último el único país que me faltaría por conocer.

Esta vez viajo junto a La Dakariana, en una nueva fase con la que he venido coqueteando el último tiempo gracias a Erick Durán, quién me ha permitido compartir pantalla en los distintos Atacama Rally en los que hemos coincidido. Será un desafío diferente ya que haré más transmisión que fotografía, pero la pasión por vivir otro Dakar es la misma.

Los invito a partir de mañana a seguir todas las transmisiones online que tendremos para Uds, entregando “en vivo, en directo y en tiempo real” la competencia más difícil del mundo.

Un abrazo y nos vemos en el desierto.

© Nico Altamirano.